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  • Los 6 tipos de suelo para su jardín

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    La jardinería se trata tanto de cultivar su suelo como de cultivar sus plantas. Aquí hay un vistazo a los diferentes tipos de suelo y las características que los distinguen.

    ¿Qué hace que los tipos de suelo sean diferentes?

    El suelo es mucho más que tierra. El suelo les da a las plantas los nutrientes y el agua que necesitan para sobrevivir y prosperar. También les ayuda a respirar y les proporciona un ancla para que sus raíces crezcan profundamente.

    Si le falta tierra de alguna manera, sus plantas podrían sufrir. Saber qué tipo de suelo funciona mejor con diferentes especies de plantas es la clave para cultivar un jardín saludable. A continuación, presentamos los seis tipos principales de suelo y las aplicaciones de jardinería que mejor se adaptan a cada uno.

    Suelo arcilloso

    Tres componentes principales componen el suelo: arena, limo y arcilla. El suelo arcilloso incluye los tres en cantidades iguales. Eso significa que drena bien, retiene mucha humedad y respira lo suficiente para que entre aire.

    llegar a las raíces de una planta. Esos factores lo convierten en una opción ideal para la jardinería.

    suelo arenoso

    La textura arenosa del suelo arenoso lo hace naturalmente seco y quebradizo. Por lo general, no es muy nutritivo; sus nutrientes se pueden eliminar fácilmente durante los períodos húmedos. Pero siempre que se complemente con fertilizante orgánico o aditivos similares, el suelo arenoso es un excelente lecho para tubérculos (zanahorias, etc.) y bulbos (tulipanes, etc.).

    Suelo limoso

    La alta concentración de limo de este suelo le permite retener grandes cantidades de humedad y nutrientes. Eso lo convierte en una opción fantástica para la jardinería, siempre que su jardín drena adecuadamente. Mezcle un poco de abono orgánico y su suelo limoso se adaptará perfectamente a las frutas y verduras.

    Suelo turbio

    La “turba”, un material natural esponjoso hecho de materia orgánica parcialmente descompuesta, se forma típicamente en humedales y turberas. La turba hace que este suelo sea ácido y menos nutritivo. Para cultivar plantas saludables en suelo turbio, mezcle materia orgánica rica en nutrientes, más aditivos como la cal para bajar la acidez.

    Suelo calcáreo

    Los altos niveles de tiza hacen que este suelo sea alcalino, lo opuesto a ácido. Algunas plantas, como las lilas y la hiedra de Boston, prosperan en suelos alcalinos. Otros sufrirán deficiencias de nutrientes, lo que provocará hojas amarillentas y retraso en el crecimiento.

    Los jardineros con suelo calcáreo enfrentan dos opciones: quedarse con plantas que crecen mejor en un ambiente alcalino, o cultivar y corregir el equilibrio del pH de su suelo con materiales de abono orgánico.

    Suelo arcilloso

    Es fácil detectar suelos arcillosos, generalmente grisáceos y húmedos, con tendencia a pegarse en grupos. El suelo arcilloso es ideal para arbustos como hostas. Incluso puede servir como base para árboles frutales.

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